jueves, junio 28, 2007

Sabia y cruel

Dicen que La Naturaleza (lo escribo en mayúscula por que se merece todos mis respetos) es sabia.
Que las especies evolucionan según sus necesidades, para sobrevivir. Si no puedes correr más que el bicho que te come, te creas un mecanismo de defensa o te extingues. Sí, sabia y cruel. A saber lo que habría ahora en la tierra si un meteorito no hubiera reventado a los dinosaurios y La Naturaleza no hubiera evolucionado por otros derroteros (suponiendo que fuese un meteorito, claro).

Aunque no se puede negar que La Naturaleza ha cometido errores. El kiwi de Nueva Zelanda, por ejemplo, ¿Alguien sabe cómo puede existir aún algo tan inservible? Y no me refiero a la fruta, sino al bicho feo que se parece a la fruta. O los ornitorrincos esos famosos, otro lastre evolutivo que aún sigue por aquí.

Claro que si hablamos de errores, no podemos dejarnos fuera a nosotros los seres humanos. Se supone que la evolución nos aceleró la inteligencia, bien para esconderse de los bichos esos que medían varios metros y eran aficionados a comernos (si al final resulta que convivimos con los dinosaurios) o bien para esconderse de los bichos esos peludos y con cuatro patas que eran aficionados a comernos. Y, claro, con nuestra inteligencia luego construimos armas para defendernos de todo bicho que quisiera comernos . Y cuando tuvimos claro que los demás bichos no podían comernos, ocurrió lo imprevisible y empezamos a tener celos y envidia de nuestros iguales. Lo típico, el vecino tiene una compañera más buena que la mía así que le meto un estacazo y me la quedo. O menuda cueva se gasta el tío ese, y yo aquí donde viene a cagar el diplodocus dos veces al día. Así que lo tiro al volcan y me la quedo...

Y lo más triste es que hemos seguido así hasta hoy en día. Nuestra evolución sólo ha perfeccionado nuestra capacidad de exterminio. Hemos alcanzado la Luna (bueno, se supone que hemos alcanzado la Luna), explorado las profundidades de los océanos y volado como pájaros (más o menos) pero sólo para obtener nuevas posiciones de tiro con las que seguir matándonos. Estamos en un callejón sin salida evolutivo. Como el kiwi o el ornitorrinco (aunque nosotros somos conscientes de ello y los bichos estos, en apariencia no)...

Sí, La Naturaleza es sabia. Sabia y cruel. Y a veces incluso comete errores. Claro que el otro día leí que las cucarachas y los escorpiones serían los bichos que más posibilidades tendrían de sobrevivir a una hecatombe nuclear. Sabia sí que debe ser...

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