lunes, febrero 27, 2006

Un miembro productivo de la sociedad

Hoy en día, y cada vez más, existe una creciente necesidad de "ser alguien en la vida"; comprarse un piso (endeudando de paso a un par de generaciones posteriores con la hipoteca), encontrar un puesto de trabajo bien pagado (y que te abstraiga del mundo unas 10 horas, mientras intentas en las otras 10 recuperarte de las anteriores), acabar una carrera (sin importar las amistades o juergas que te pierdas), encontrar una pareja (con la que casarte, formar una familia y perpetuar nuestro consabido estilo de vida)... en definitiva, ser un miembro productivo de la sociedad. Es más, la mayoría de la gente parece molestarse cuando alguien antepone aquello que le gusta (pasar un buen rato con sus amigos, leer, escribir, dibujar, etc.) sobre aquello que resulta "necesario" (dinero, estudios, etc.) e incluso llega a enfadarse si se le da a conocer sus preferencias. ¿Cómo lo llaman?¿Irresponsable?¿Golfo?¿Inmaduro?
Mañana, cualquier imbécil con una idea estúpida que reivindicar, un subnormal al volante o un cáncer (producido probablemente por tantas microondas que nos bombardean constantemente o cualquier producto "mínimamente" tóxico que hay a nuestro alrededor, aunque nunca será reconocido) puede llegar para acabar con nuestra existencia. No se en qué lugar deja esta posibilidad al miembro productivo de la sociedad pero tampoco creo que esté haciendo una apología del Carpe Diem, sólo que los valores tradicionalmente aceptados igual no deberían serlo tanto.
Yo, por si acaso, beberé ahora no sea que mañana no pueda (aunque por ello alguien decida llamarme alcohólico)...

sábado, febrero 25, 2006

Los Miserables

"Mientras exista, como consecuencia de las leyes y de las costumbres, la condenación artificial, que crea infiernos en plena civilización, y complique con fatalidad humana el destino, que tiene un origen más alto; mientras no se resuelvan los tres problemas del siglo, la degradación del hombre por el proletariado, la decadencia de la mujer por el hombre y la atrofia del niño por las tinieblas; mientras que en ciertas regiones sea posible la asfixia social, o lo que es lo mismo y para decirlo en lenguaje más claro, mientras existan en el mundo la ignorancia y la miseria, libros como éste nunca serán inútiles".
Así describió Víctor Hugo (en 1862) su propio libro y nada más puedo añadir yo, que me lo acabo de leer. 767 páginas gloriosas sobre la redención de Juan Valjean. Sólo añadir que es el primer libro con el que he llorado (y he leído unos cuantos). Eso y lo curioso que resulta que por aquel entonces ya tuviéramos los mismos problemas que ahora... Igual no hemos avanzado tanto como nos quieren hacer creer... Igual seguimos siendo miserables con un grave problema de ceguera...