Hace tiempo que me fascina un personaje de ficción. Más que Ulises ("igualado en ingenio a Zeus Cronión", según Homero), más que Lobezno (y eso que es el mejor en lo que hace) e incluso más que Harry El Sucio (el más duro de los duros). Se llama Reed Richards, que se puso en un arrebato de modestia el nombre de Mr. Fantástico, del universo Ultimate.
Para mis amigos está claro. Intentó teleportar a su novia, a su cuñado y a su mejor amigo (junto a él mismo) a otro universo y, como resultado, obtuvieron poderes y los típicos problemas de los superhéroes, convirtiendo a su mejor amigo de paso en un monstruo. Consigue abrir un portal a ese universo, propiciando una invasión extraterrestre a gran escala y arrasando Las Vegas de propina. Crea un aparato con el que hacer realidad sus pensamientos y lo primero que "crea" es una versión en ropa interior de la madre de su novia (su futura suegra). Libera a un déspota encerrado hace décadas sólo para poner en peligro a toda Nueva York y, además, el recien liberado intenta robarle a la novia. Se comunica con un Reed Richards de una realidad paralela sólo para abrirle las puertas de su mundo a un puñado de zombies superpoderosos con ganas de comer cerebros. Intenta que su amigo vuelva a su aspecto normal realizando un viaje al pasado en el que sólo consigue que una raza alienígena aniquile a la humanidad... Sí, mis amigos tienen claro que me gusta porque es el mayor patán de este o cualquier otro universo...
Pero desgraciadamente no es así. Que cada descubrimiento/avance perpetrado por Reed sea como una patada en los testículos para la humanidad me resultó de una familiaridad preocupante: el explosivo que se inventó para unas cosas y acabó usándose con fines asesinos; la propulsión que mueve aviones y bombas; la energía atómica que produce energía con el único coste del riesgo radioactivo y la temida (y a menudo olvidada) bomba atómica; el dinero; el estudio de las bacterias y las armas biológicas... La historia está llena de Reed Richards (Ultimates) que movidos por las mejores intenciones acaban inventando auténticos horrores. Tanta genialidad y aún no se ha erradicado el hambre ni la enfermedad aunque, por supuesto, resulta mucho más rentable inventar otra forma de acabar con el mundo que una manera de salvarlo...
Sí, Reed Richards (Ultimate) es mi ídolo pero no por ser un patán sino porque es una de las mejores representaciones de la humanidad que he visto: todo nuestro potencial y, a la vez, todos nuestros errores. Y, lo que es peor, ni Reed ni nosotros parece que aprendamos de nuestras respectivas cagadas...
Para mis amigos está claro. Intentó teleportar a su novia, a su cuñado y a su mejor amigo (junto a él mismo) a otro universo y, como resultado, obtuvieron poderes y los típicos problemas de los superhéroes, convirtiendo a su mejor amigo de paso en un monstruo. Consigue abrir un portal a ese universo, propiciando una invasión extraterrestre a gran escala y arrasando Las Vegas de propina. Crea un aparato con el que hacer realidad sus pensamientos y lo primero que "crea" es una versión en ropa interior de la madre de su novia (su futura suegra). Libera a un déspota encerrado hace décadas sólo para poner en peligro a toda Nueva York y, además, el recien liberado intenta robarle a la novia. Se comunica con un Reed Richards de una realidad paralela sólo para abrirle las puertas de su mundo a un puñado de zombies superpoderosos con ganas de comer cerebros. Intenta que su amigo vuelva a su aspecto normal realizando un viaje al pasado en el que sólo consigue que una raza alienígena aniquile a la humanidad... Sí, mis amigos tienen claro que me gusta porque es el mayor patán de este o cualquier otro universo...
Pero desgraciadamente no es así. Que cada descubrimiento/avance perpetrado por Reed sea como una patada en los testículos para la humanidad me resultó de una familiaridad preocupante: el explosivo que se inventó para unas cosas y acabó usándose con fines asesinos; la propulsión que mueve aviones y bombas; la energía atómica que produce energía con el único coste del riesgo radioactivo y la temida (y a menudo olvidada) bomba atómica; el dinero; el estudio de las bacterias y las armas biológicas... La historia está llena de Reed Richards (Ultimates) que movidos por las mejores intenciones acaban inventando auténticos horrores. Tanta genialidad y aún no se ha erradicado el hambre ni la enfermedad aunque, por supuesto, resulta mucho más rentable inventar otra forma de acabar con el mundo que una manera de salvarlo...
Sí, Reed Richards (Ultimate) es mi ídolo pero no por ser un patán sino porque es una de las mejores representaciones de la humanidad que he visto: todo nuestro potencial y, a la vez, todos nuestros errores. Y, lo que es peor, ni Reed ni nosotros parece que aprendamos de nuestras respectivas cagadas...