miércoles, septiembre 03, 2008

Regreso al trabajo

Tras una larga ausencia y unas breves y necesarias vacaciones, vuelvo al blog. Podría escribir sobre muchas cosas trascendentales y filosóficas: mi nueva condición de ser malvado, la "desaceleración económica" que sufre España, la teoría de los agujeros de gusano, la victoria de la selección en una eurocopa de segundones, lo cansinos que pueden resultar los ingleses en un tren o el efecto laxante que produce una buena mezcla de whisky, vodka y Mistol (sí, el lava-vajillas). Pero como ha sido el primer día de trabajo tras las vacaciones, prefiero no esforzarme y limitarme a hacer un resumen de lo que he visto en el trabajo.
Nada más entrar, observo que el tradicional "buenos días" acompañado de la sonrisa de la secretaria se transforma en un acojonante"grrahgrg" acompañado de una horrible visión de lo que se parece vagamente a la secretaria pero sin ganas de vivir. El sector más sonoro y dicharachero de la sala (sistemas, en mi caso) está en un profundo silencio, interrumpido sólo por alguna pulsación de teclas. Si te fijas en sus ojos, te das cuenta de que sus mentes siguen lejos, muy lejos de allí, seguramente en algún lugar lleno de cervezas y chicas a las que nunca seducirán (porque claro, son informáticos). En este punto oigo los primeros suspiros, algunos tan intensos que dan la impresión de que alguien ha decidido echar una cana al aire con su vieja amiga la mano derecha allí mismo. Un rápido vistazo a los (pocos) currantes de verdad, los que "sostienen España", me deja bastante claro que tardarán unos días en sostener de nuevo nuestro país, pues sus pulsaciones de teclas y atención hacia la pantalla son tan intensos como los míos a lo largo de todo el año.
En la zona de los jefes no ocurre nada diferente porque aún no han llegado (y eso que yo llego tarde), como siempre. Convenzo a alguien para hacer la primera visita de la temporada a la máquina de cafés, entre sollozos y desvaríos como "ya se han terminado" o "no me puedo concentrar". Por desgracia, no queda café en la máquina y algún gracioso desconectó la máquina de bebidas y la ha estropeado, porque se derritió el hielo...
El aumento en la intensidad de los suspiros puede significar dos cosas: que Angelina Jolie ha hecho público un video porno casero o que son (aún) las 10 de la mañana. Entonces algún valiente envía uno de esos e-mails masivos en plan "vamossss, que sólo queda un año para el veranoooooo! jajajajajja" que no tiene ninguna respuesta electrónica, aunque toda la empresa se haya cagado en sus progenitores. Mientras revisas el marca y dos tonterías más, llega por fin la hora del almuerzo (así, con recochineo, aunque en realidad sea el cuarto del almuerzo, o los 20 minutos del almuerzo para los afortunados). Pero aquí siguen los suspiros, las caras largas y el dolor, mientras unos se cuentan a otros lo bien que se lo pasaban sin hacer nada y levantándose a horas no dictadas por el despertador. Y así, entre suspiros, psicópatas en potencia, maniaco-depresivos y espaldas quemadas pasa el que debe ser el día laboral más largo y pesado del año.
A ver, si somos la especie dominante del planeta, los animales más avanzados en todo el reino animal, que hemos explorado el espacio, el mar y el planeta... ¿¡Por qué envidio al gato que se pasa el día comiendo, durmiendo y jugando!? Si 10000 años de evolución me han llevado a una vida en que sólo disfruto un mes al año y me da envidia un saco de pulgas con patas, ¿¡Qué mierda de evolución hemos sufrido!?