viernes, abril 30, 2010

Bienvenido

Hay un lugar donde, dos veces al año, yo y algunos viejos compañeros de facultad somos bien recibidos. Es un lugar donde, personalmente, he ido estando bien, estando mal, estando de puta madre y estando muerto. Y daba igual cómo estuviera yo, porque siempre he sido bien recibido. Por parte de mis compañeros, pues también ha dado igual que fueran a destacar, a pasar desapercibidos, a ligar o a no hacer nada. Fueran a lo que fueran, siempre han sido bien recibidos.

Al contrario que con El Libro Sin Nombre, no creo que pase nada malo si digo el lugar, que se llama Cheste, y las dos veces al año, que son las paellas. El resultado, ante este panorama, es que he visto prácticamente de todo: lanzamientos de móviles, lanzamientos de gafas, saltos del escenario al público, borracheras, robos de botellas de whisky, pérdidas de virginidad (no, es broma, pérdidas de virginidad no. Mejor decir pérdidas de vergüenza), películas porno en un ambiente... homosexual, aficionados del Valencia y del Madrid abrazados, duchas con cerveza, vómitos, destrucción de ascensores, al "Cadenas"... cosas que jamás creería ni el Nexus-6 de Blade Runner. Y, a pesar de todo, somos bienvenidos.

En resumen, no puedo calificar lo suficientemente bien a un sitio donde sólo tienes que ir, beber y, si puedes, volver. Nada más. Ni espectativas, ni metas ni obligaciones ni derechos. Supongo que será porque no conozco demasiados sitios así. En fin, sólo he escrito estas palabras porque quería decir: GRACIAS DANI. Nada más. Bueno sí, también quería disculparme por mear en la estación (que no en el servicio de la estación), pero es que no aguantaba más y todos los arbustos estaban ocupados.