viernes, julio 28, 2006

A ese embajador en las estrellas...

El otro día me enteré de que el Voyager 1 seguía atravesando la "barrera imaginaria que separa nuestro sistema solar del resto del universo". El Voyager 1 es el "el objeto hecho por el hombre más distante en el espacio", una sonda lanzada al mismo en 1977 que sigue enviando información a la Tierra de todo lo que observa y, a la vez, se va adentrando hacia lo desconocido. Y se supone que lo seguirá haciendo hasta el 2020, momento en que dejarán de funcionar sus fuentes de poder de plutonio. Es más, le engancharon un disco de fonógrafo (bañado en oro) a la cubierta con 118 fotografías de La Tierra, el ser humano y nuestra civilización; unos 90 minutos de música; audio con varios sonidos de La Tierra; saludos en varios idiomas (incluido el de las ballenas) y un comentario del presidente Carter; todo por si lo encuentra una posible raza extraterrestre...

Decidí ignorar la visión de La Tierra que podría dar a un extraterrestre un puñado de americanos del 77, recé para que al menos hubiera un par de pistas de los Rolling Stones (aunque me temo que mis oraciones no fueron oídas), me negué a aceptar el destino que le reservan a la Voyager en la primera (y gloriosas) película de Star Trek e incluso me obligué a no tener en cuenta lo que pasaría si esos hipotéticos extraterrestres abrieran el Voyager para ver cómo funciona y no fueran inmunes al plutonio; todo esto negué para alzar la vista al cielo e intentar averiguar cual de esos puntos brillantes sería el Voyager... pero claro, desde la ciudad no se ven las estrellas...

Llegó la temida hora del telediario, y de nuevo un espectáculo de violencia y estupidez sin igual: muertes inútiles por un inútil trozo de tierra, vidas perdidas por una adicción de mierda, familias destrozadas porque algún listo decidió que a 200 km/h "aún controlo", cientos de reivindicaciones estúpidas seguidas y alabadas por cientos de estúpidos, enfermedades inventadas por necesidades inventadas... Pero esta vez yo no me horrorizaba ante tanto sinsentido, esta vez me imaginaba ese pedazo de metal avanzando hacia lo desconocido, rodeado de estrellas, planetas y a saber que más, emitiendo información a su planeta natal y con una muestra de la raza humana en su casco que sin duda no nos representa... sin embargo, recordé que en los telediarios tampoco se ven las estrellas...

"Joder", pense, "que pequeños somos. Aquí cuatro idiotas matando a la gente para conseguir algo llamado independencia de no se qué y allá arriba un Universo por descubrir. No son capaces de advertir al vecino de que se genera un tsunami pero sí que pueden enfocar con un satélite el culo de un terrorista cuando sale del zulo de entrenamiento para cagar. Joder, incluso han conseguido recibir información de unos 14861.31 millones de kilómetros lejos de La Tierra pero no saben cómo alimentar a todo el planeta... ¿Cambiaría algo que la gente se diera cuenta de lo minúsculos que somos?¿El saber lo insignificante que resultan muchos problemas frente al resto del Universo?". Pero claro, aún no había acabado de realizar tan profundas reflexiones cuando lo recordé... Hoy en día no se ven las estrellas... Así que dejé mis fantasías espaciales y seguí viendo el horror diario de las noticias, preguntándome con pavor si la última transmisión del Voyager 1, allá en el 2020, sería recibida por un planeta muerto donde ya no habría nadie para ver las estrellas...