lunes, julio 23, 2007

La revista que censuran los viernes

No hace tanto tiempo que nos reíamos de la respuesta exagerada de la comunidad musulmana ante las caricaturas de Su Profeta (en mayúsculas, por si acaso...) cuando nos abofetean la cara con el asalto a las imprentas y kioskos en busca del ya famoso número de El Jueves en el que aparece el hijo del rey y su esposa practicando el sexo animados por los 2500 € por niño que se supone van a pagarse en España. A parte de mostrar a los príncipes en una actividad "altamente denigrante y objetivamente infame" (no se si querrán decir que la sangre azul se reproduce por esporas o que los que utilicen esa postura sexual son unos seres infames y denigrados...), el principe llegaba a la conclusión de que si dejaba embarazada a la princesa y cobraba los 2500 euros de marras, sería "lo más cercano a trabajar que haya hecho en su vida" (No diré nada aquí no sea que me censuren, claro).

El Jueves, ante tal demostración de operación policial, colgó la portada en su página web junto con un texto explicativo (que aún puede leerse con la opción En caché del google) preguntándose si se encontraban aún en julio de 2007. Las fuerzas del orden, con eso de no dar tregua al mal, han acabado también con su página web hasta nueva orden.

La gente que no sabe que en la constitución todos somos iguales excepto la familia real se asombran y asquean ante esta situación, pensando que no es posible. El PSOE defiende las acciones del juzgado y, lo más sorprendente, el PP las critica no por censurar, claro, sino porque ha servido para que la portada haya tenido más difusión (porque claro, que raro que en pleno siglo XXI cuando ocurre algo así se propague por todas partes...). El portavoz de la familia real ha dicho en su nombre (tan campechanos ellos) que "no ha intervenido en la decisión de la fiscalía ni ha pedido que se actuara contra el semanario" (y punto...).

No se cuantos policías harán falta para recorrer los kioskos de Madrid y Barcelona en busca de la portada ilegal, pero seguro que más o menos los mismos que los necesarios para enviar a Otegui a la cárcel, controlar las autovías para encerrar a los subnormales que van a 180 km/h o vigilar el cauce del río en Valencia para que yo pueda pasear por él de noche sin que me roben hasta los calzoncillos; todos ellos derechos constitucionales (sentirse amenazado, peligro de muerte a manos de imbéciles o derecho a vivir tranquilo) de, como mínimo, igual importancia que la entereza de la familia real. Sólo espero que cuando acaben de ajusticiar a esos criminales gráficos por atentar contra la constitución dediquen el mismo entusiasmo y determinación a acabar con la inseguridad ciudadana y los anormales al volante.

Finalizo este alegato a favor de la defensa de la constitución con una imagen meramente informativa sobre la portada. Si se decide censurarme para preservar las leyes constitucionales, les agradecería que en vez de enviarme un comando policial o legionario para secuestrar mi disco duro se limiten a informarme por correo electrónico y procederé a su eliminación. Saludos y ¡viva la constitución!