martes, diciembre 19, 2006

Los pilares de la ciencia

Estaba leyendo una entrevista sobre unos científicos que dedican su tiempo a encontrar planetas similares a nuestra Tierra, cuando me acordé de mi profesor de filosofía. La última noticia que tuve de él es que se había liado con una alumna y sus familiares (padres y hermanos de ella) le buscaban para meterle una soberana paliza. Buena filosofía, tanto por parte del profesor (si tenemos en cuenta que la diferencia de edad debe ser de más de 40 años) como por la de los familiares de la chica (por intentar impartir justicia a base de dolor, supongo).

En sus clases, solíamos discutir todo el rato sobre aspectos de nuestra realidad que él se empeñaba en debatirnos. Y nosotros defendíamos nuestra frágil realidad, más que nada porque cuanto más cabezotas nos pusiéramos más probabilidades habría de que no diera clase. En aquellos tiempos defendí la existencia de un dios que nos amaba y nos dejaba sufrir porque nos quería, lo injusto que sería la liberación de todos los asesinos del mundo en una isla desierta sin que yo me enterase o que yo no era producto de la imaginación del profesor por una simple cuestión de cojones. Y los defendí con la convicción que daba saber que pasaríamos una clase más sin dar la materia pertinente...

Pero hubo un día en que me callé. No recuerdo exactamente sus palabras pero venían a decir que la ciencia sólo era un puñado de mentiras. Que las manzanas cayeran al suelo durante siglos no significaba que mañana llegará el día en que una manzana caiga hacia arriba. Que el Sol siempre aparezca después de la noche no es algo demostrable, sino algo que ha pasado desde que tenemos capacidad de observar pero que no significa que mañana siga siendo de noche. En definitiva, que las cosas que han ocurrido siempre igual no forman una Ley Universal por mucho que el ser humano se empeñe en darle un nombre rimbombante sino un patrón que puede cambiar en cualquier momento. Lo que hace que la ciencia avance no es el descubrimiento de nuevas "Leyes" sino la existencia de algo que contradice las "Leyes" ya establecidas. Pocos ejemplos no hay: la Tierra circular, la relatividad, el movimiento planetario...

Así que ahí estaban estos astrónomos, buscando por el espacio planetas similares a la Tierra en lejanas galaxias con la esperanza de encontrar vida similar a la nuestra, cuando me di cuenta de otra "Ley Universal" que, curiosamente, no está escrita en ningún lado: "Si hay vida más allá de la Tierra, tiene que ser como la nuestra". Un enunciado tan prepotente y arbitrario como el del resto de "leyes científicas", e igualmente aceptado por los pensadores hasta que aparezca alguien para contradecirlo. Seguro que me habría saltado una clase más de filosofía con este trozo de "realidad". Me pregunto si aún estoy a tiempo de poner mi nombre a esta vieja nueva "Ley"...

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